Os pedimos a vosotros, alumnos del instituto y a vuestras familias, que junto con nosotros condenéis sin paliativos el atentado que se está cometiendo contra los palestinos (la mayoría víctimas inocentes). Hay que parar esta masacre. Está en juego la dignidad y la cordura de todos como seres humanos. Esto debe parar. Y pedir a la Justicia que acuse y condene a los responsables directos de la misma. Podemos crear opinión. Hay muchos que se detienen en quién tiene la culpa y si es merecida o no la reacción de Israel. NO. Lo que realmente importa es parar una guerra que está ocasionando muchas víctimas inocentes y mucho dolor. Luego ya vendrá el análisis de la situación. Por desgracia la Comunidad Internacional está tan solo a la expectativa, sin actuar. Mientras tanto niños, padres, madres... mueren sin piedad. ¿Qué haríamos si tuviéramos algún familiar en Gaza?
Así explica la situación un ciudadano llamado Javier Ortiz:
Un hombre sentado en una tapia ve cómo otro hombre golpea a lo bestia a un niño. Lo ha herido gravemente. El crío tiene un brazo roto y sangra a borbotones por la boca, pero el matón sigue pegándole. “¿Por qué le zurras con tanta saña?”, pregunta el de la tapia. Y el matón responde: “Es que me ha tirado una piedra”. “Ah, bueno; si es así… Pero ten cuidado de no pasarte”, replica el mirón. Y sigue sentado, contemplando la paliza.El bruto es Israel. El de la tapia se hace llamar Comunidad Internacional. El niño es Gaza.
